Ficciones: Apoyo mutuo «be like»

2do SOS al UNIVERSO

Amigo  Erüînk, buenas noches.

Te ofrezco sinceras disculpas. Como compañero y líder que eres para mí en el combate y erradicación de la corrupción, así como el hostigamiento y/o acoso sexual y/o laboral, es por eso que intenté pedirte apoyo para los mismos efectos.

Pero ante las evasivas que me planteas, o los silencios con que te excusas, debo respetar tu libertad a tomar malas decisiones, por lo que, de seguir insistiendo en buscar tu humanismo y buena voluntad ética, en lugar de encontrar nuestro bien mutuo y el de nuestro gremio, estaría yo cayendo en la torpeza de hostigarte.


Nuestro trabajo está obligado a ser autocrítico, por la delicadeza de los asuntos que nos competen. Así que de ningún modo me puedo permitir el ser yo quien moleste a nadie más, en ningún sentido. El consentimiento explícito es esencial para todo intercambio humano.

Por lo tanto, de ser tu respuesta negativa o nula, me comprometo a no volver a intentar contactarte mediante tu número de teléfono, ni tampoco irrumpir en tu ámbito privado. A lo público, por cuanto comporta a nuestro carácter de servidores públicos, tod@s debemos responder, supongo. Pero en tu privacidad, esa sí no, nunca la irrumpiré de nuevo.

Tal vez por error supuse que, naturalmente, algunas circunstancias te habrían orillado a situaciones complejas de enfrentar. Después de todo, yo fui testigo de que, lo mismo que yo, sufriste de hostigamiento por parte de tu superior, con la doble ironía de que, se supone, en tu área se busca la igualdad sustantiva de toda la educación pública en Hidalgo.

Sin embargo, como ocurrió también en el caso de la presunta víctima que yo atendí, sucede que, como víctimas, nos cansamos demasiado pronto de lo intolerable que las autoridades hacen el proceso; aunque todo está previsto, explicado y prevenido, desde las capacitaciones que tomamos hasta el mismo marco legal que a todos nos gobierna, sin embargo, es cierto que no tod@s atinamos a empatar las teorías con las prácticas.


Es así que caemos en revictimizaciones como si fuera el Samsara. Mientras, quijotescamente,  yo pretendo nuestro advenimiento colectivo hacia la Tathagatagarbha. Es que no sé cómo restringir mi ambición hacia mi individualidad sin ser, al mismo tiempo, egoísta de mi universal Jivanmukti.


Al posible error que me refiero es a que quizá hubieras deseado, en alianza conmigo, frenar la impunidad general, lejos de sólo remediarnos cultivando paliativos y conformarnos con la «solución» más paupérrima de nuestras comodidades personales. Si hay algo que me es casi imposible evitar es el creer en las mejores cualidades y capacidades de todas las personas que conozco, cometo el error de valorar y respetar a las demás personas muchísimo más de lo que ellas hacen consigo mismas.

Yo hubiera pensado ingenuamente que esto era algo bueno. Pero la autocrítica mencionada al principio, y que en lo personal me tomo excesivamente en serio, me ha llevado a tener que darme cuenta que es un error ya que, a pesar de que yo deseo todo lo mejor y estoy dispuesto a dar lo mejor de mí por las demás personas, sin embargo, no veo cumplidas mis esperanzas: ni de que las demás personas hagan algo mejor de sí mismas, así como tampoco me ha sido posible —en la abrumadora mayoría de los casos— lograr que las demás personas reciban lo más valioso de mí, como lo es el compromiso profundo con todo aquello que considero mi trabajo.

En último término, cada persona es libre de responder a ninguna otra cosa más que a su propia conciencia. Y yo siempre tendré que recordar mi obligación de respetar eso.


En consecuencia, esta será la última ocasión que solicite tu ayuda. Sólo si hubiera tu consentimiento explícito, y tu respuesta positiva en cuanto ayudarme a erradicar tanto corrupción como hostigamiento y/o acoso sexual y/o laboral; sólo en ese único caso es que sí te pediría comencemos a ponernos de acuerdo sobre todas las gestiones necesarias a llevar a cabo para lograr tal fin.

De lo contrario, voy a borrar tu número de mis contactos o lista de amigos, y así dejarte en la plena libertad para producir y asumir las consecuencias —cada uno— de nuestras propias acciones, por separado.



¿Qué debo hacer, amigo? ¿Cuento contigo, o te borro de mi lista?

JCM 200325

Epístola de ficción. Cualquier coincidencia con el principio de realidad es fortuita.

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