Hidalgo hoy.
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La reciente entrega de agua del estado de Hidalgo para abastecer a la CDMX y al Estado de México pone en el centro del debate la gestión de los recursos hídricos y la subordinación política del gobierno hidalguense.
Esta decisión, destinada a complacer al gobierno de Claudia Sheinbaum, pone de manifiesto graves problemas estructurales en la gestión del agua y profundiza la desigualdad en el acceso a ella.
COMPROMISO CUESTIONABLE:
Desde el inicio del sexenio de Morena se prometieron miles de millones de pesos para modernizar la red de distribución de agua en Hidalgo; sin embargo, los habitantes de algunas zonas específicas sufren cortes constantes.
La temporada de calor se acerca y la escasez empeorará.
Las comunidades más pobres sufrirán las consecuencias de una gestión del agua que prioriza los intereses empresariales.
El gobierno de Menchafa, bajo la influencia de priistas infiltrados en Morena, está ocupado en quedar bien con Sheinbaum, en lugar de atender las necesidades de su población.
Las industrias y empresas que más consumen nuestros recursos son la Cervecera, Grupo Modelo y las mineras.
El gobernador Menchafa no está garantizando un derecho humano internacional y universal.
El saqueo del agua en cifras:
Grandes corporaciones disfrutan de concesiones multimillonarias que les permiten explotar millones de metros cúbicos de agua cada año.
Según el Registro Público de Derechos de Agua, seis empresas, encabezadas por Grupo Modelo y Time Ceramics, controlan más de 15 millones de metros cúbicos de agua en el estado.
La realidad para las comunidades rurales y urbanas es que el acceso al agua potable es un lujo.
La crisis de agua en Hidalgo se agrava con el creciente robo de agua. Empresas vinculadas a políticos extraen ilegalmente grandes volúmenes de agua de los acuíferos y se aprovechan de la escasez para lucrar con la necesidad de la población.
Estos políticos huachicoleros compraron camiones cisterna para vender agua a los habitantes de diferentes municipios de Hidalgo.
Esta acción perpetúa la desigualdad al encarecer el acceso al agua, mientras las redes públicas de distribución siguen inoperantes.
El saqueo del agua, disfrazado de negocios privados, evidencia la corrupción.
POLÍTICA AL SERVICIO DE LOS PODEROSOS: POLÍTICA ENTREGUISTA
La entrega de agua para resolver la escasez en la CDMX y el EDOMEX es un acto de subordinación política que busca quedar bien con el centro del poder.
La red de distribución de agua en Hidalgo es obsoleta y poco eficiente, y provoca grandes pérdidas antes de que el recurso llegue a los hogares.
En lugar de invertir en soluciones estructurales, se privilegia a las grandes empresas que generan beneficios económicos a costa del bienestar social y ambiental.
Es urgente un cambio.
Las políticas hídricas de Claudia Sheinbaum son buenas; sin embargo, la crisis del agua en Hidalgo es un problema de escasez y, además, es síntoma de un modelo de gestión corrupto.
Las industrias siguen saqueando el recurso sin restricciones.
Esta situación perpetúa la desigualdad social.
El gobernador Menchafa debe garantizar el acceso al agua, pues es un derecho humano fundamental.
Debe revisar las concesiones actuales y detener el saqueo de las empresas.
Debe poner fin al saqueo de las empresas.
Debe destinar recursos a la modernización de la infraestructura hídrica.
Debe exigir responsabilidades a los implicados en estas decisiones que benefician a unos pocos en detrimento de la mayoría.
La lucha por el agua no debe quedar relegada a un segundo plano, ya que, de lo contrario, la escasez hídrica en Hidalgo se convertirá en una crisis humanitaria.
Quedará en evidencia que, en el México actual, los recursos siguen siendo privilegio de unos pocos.
El gobierno de Hidalgo actúa como un abusador en las escuelas. Le hace la pelota a los fuertes para abusar de los más débiles.
Fuente https://www.nuevografico.com/2025/01/hidalgo-y-la-crisis-del-agua-politica.html?m=1
